lunes, 13 de octubre de 2008

Mariposa...


El placer interminable de ese humo que recorre mis venas, mi piel, mi sangre… te degradas a moléculas de polvo que se expanden por la noche y renaces, tal vez en mariposas que sólo vivirán un día más.
Alcanzar el cielo, quisiste volar alto y llegar al sol. Pero te olvidaste que el quema, y que tus alas aun son débiles… y lo serán siempre.
El día finaliza, el ocaso te recuerda que en tres, dos, uno… dejarás de respirar…
Tres segundos que se convierten en minutos, horas, días, meses, años… y resucitas en lo mas simple y complejo… ahora eres mujer…
Te desintegras cuando sus ojos te miran, te repones con algo de amor, el cura todo y el te deja morir… es un arma de doble filo que flagela tu cuerpo desnudo… perfecto, con tu piel tersa y vulnerable.
Sus dedos se deslizan a través de tu cuerpo, te erizas, los escalofríos recorren cada una de tus células, tus mejillas se sonrojan… su voz es todo lo que queres escuchar… es la música que mantiene tus sentidos anonadados. Te dejas caer en sus brazos, se apodera de ti por completo y comienzas a soñar…
Los perfectos sueños que se basan en ilusiones difusas… tu piel suave se desgarra y sangra, tus manos no logran sanar las heridas… el tiempo lo cura todo, el tiempo es tirano y egoísta… el tiempo también es un látigo que golpea sin detenerse un segundo… y la piel sigue desgarrándose y sangrando intensamente…
Entonces, cuando ya nada podía salvarte, te susurra al oído que te ama y sus labios palpitan, y su canción te atrapa y ya no eres más de nadie…

Te meterás entre sus sabanas, te besara el cuello, sentirás su boca suave y carnosa, morderás esos labios perfectos, correrás el pelo de su cara, sentirás su perfume, te deslizaras en su piel… será perfecto…y la noche se llevará todo, y despertarás desnuda y vulnerable ante la soledad… y el sol del nuevo día te recordará que es tu fin… y entonces sabrás que sigues siendo una dulce, tierna y débil mariposa.

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