lunes, 13 de octubre de 2008

y dices cosas de mi piel y libertad...


Me encuentro en la frontera… si bien el frió aquí no llega esta helando… me puse la campera negra y la capucha… me pinte los ojos y deje unas mechas despeinadas en mi pelo oscuro… mis ojos negros, bien negros representaron la oscuridad implacable de un día precisamente… negro…
Mi mirada se veía triste y sin brillo, yo perdí esa magia… yo deje de transmitir sueños… deje de ser por un momento y me quede en silencio…
Necesito decirte que no puedo mirarte a los ojos, que me lastimaste el alma y no puedo perdonarte… si te quiero, te quiero tanto pero ya no es igual, ya no… ya es hora de decirte la verdad… ojala supiera que decirte.
Tengo miedo y la realidad me agobia, no se que esta bien y que está mal, pierdo limites y mis sentimientos se amontonan y se mezclan y entonces no puedo llorar… por mas que las lagrimas están al borde, por mas que todo es tan difícil.
De repente siento un vacío intenso, siento el corazón abierto y en medio… me arde… es dolor… es dolor…

Yo no quiero recordar nada, y de vos no tengo nada que recordar… las mentiras me invaden y me rozan la piel, el cuerpo se me estremece y no hay nada ni nadie… nada importa, solo hay sangre invisible, q se derrama porque mi corazón se cae en pedazos y el tuyo, el tuyo también… pero ella se ve bien… ella sabe quien es…
Y entonces ella llora, y tiene cosas que decir y no dice nada, y quiere guardarse en una burbuja y no volver a confiar en nadie… solo en ella misma… y en su verdad.

Y dices cosas que no sabes, y reímos tanto y te digo que te quiero… y entonces no te extraño… no se de que disfrazarme, tengo tanto miedo de volver a ser y que me vuelvan a dejar en ruinas…
Y entonces hablamos de la nada y el todo incompleto, de los astros, de nubes y agua, de vos… de mi… de todo lo que en realidad no es…
De lo que quisiera ser no sabes nada…

Y no podes opinar de mis ojos, no podes opinar de mis caricias, ni de mi pelo revuelto, ni de mis ganas de abrazarte, ni de mi sombra en verano y del calor que puedo darte en invierno y de lo pequeña que soy, y de lo grande que es mi corazón…
No sabes de mis labios y los tuyos, no sabes de las tantas ganas de besarte a veces, porque no te lo diré nunca… y no sabrás jamás del sabor de las dos, porque lo olvidaste… porque nunca existió…

Y me miras como si todo fuera irreal… y entonces dices cosas de mi piel y libertad…

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